En la búsqueda constante de sistemas de climatización más eficientes y sostenibles, el depósito de inercia se ha consolidado como una herramienta indispensable. Al permitir un equilibrio óptimo entre la producción y la demanda de energía, estos depósitos mejoran la eficiencia energética de nuestros sistemas de calefacción y refrigeración de forma significativa, además de optimizar el funcionamiento de la instalación general.
¿Qué es un depósito de inercia?
Un depósito de inercia, también conocido como «acumulador de inercia», es un aljibe cerrado donde se acumula el fluido caloportador de las instalaciones de climatización, el cual está formado por agua y glicol. Normalmente, al trabajar en un circuito cerrado sin entrada de oxígeno, estos depósitos se fabrican en acero al carbono (aunque también pueden ser de acero inoxidable o plástico).
Gracias a la inercia térmica, es capaz de acumular energía durante periodos de producción elevada para su consumo en periodos de alta demanda, ya que cuentan con un sistema de aislamiento que minimiza las pérdidas térmicas por la diferencia de gradiente de temperatura con el ambiente.
¿Para qué sirve?
Los depósitos de inercia cumplen diferentes funciones dentro de la instalación. La principal es cubrir un caudal mínimo dentro de un sistema para garantizar el correcto funcionamiento de los equipos productores y evitar los continuos arranques y paradas de los mismos, prolongando así su vida útil y reduciendo el consumo de energía. De esta manera, se optimiza el rendimiento de la instalación.
Además, los depósitos de inercia se encargan de cubrir las necesidades térmicas de la instalación en momentos de alta demanda.
Las tecnologías actuales, como la aerotermia apoyada por producción de energía fotovoltaica, que cada día son más habituales, necesitan contar con un volumen de inercia para convertir esa energía eléctrica sobrante en energía térmica con el objetivo de optimizar el aprovechamiento energético en momentos de excedentes.
También conviene mencionar su papel imprescindible en instalaciones industriales, donde se aprovecha alguna fuente de calor residual externa al propio sistema de climatización para transmitir ese calor o frío sobrante al sistema de climatización principal.
Acumulador de inercia en diferentes sistemas de climatización
El acumulador de inercia es necesario en mayor o menor medida en todos los tipos de sistemas de climatización actuales, lo que depende tanto del sistema de producción (caldera de combustible fósil o biomasa, geotermia, aerotermia, etc.) como del sistema de distribución (radiador, fan coil, suelo radiante, etc.).
En cada uno de los casos, debe estudiarse el volumen mínimo necesario que deben tener en relación con diferentes variables como el sistema, el volumen de la instalación y el uso particular que se le dé a la habitabilidad del edificio.
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